La economía chilena creció debido a dos dos factores:
La explotación agrícola.
La explotación minera.
Esto provocó un excedente de trabajadores, que buscando mejores expectativas de vida, se desplazaron a sectores donde existiera una necesidad de mano de obra y existieran industrias para poder trabajar.
Por otro lado, Bolivia consiguió su independencia en 1825, y se vio con un territorio, que en el límite con Chile, presentaba características desfavorables para su utilización:
Tenía escasa población boliviana.
El Clima era hostil (muy árido)
Para solucionar estos problemas implementaron políticas de inmigración y concesiones, para atraer a trabajadores (principalmente chilenos que buscaban un mejor estilo de vida) y favorecer la instalación de capitales extranjeros (principalmente chilenos e ingleses) que, por la explotación de los recursos del territorio, dieran impuestos a Bolivia.
Así los peones chilenos y las empresas extranjeras se dedicaron a la explotación de diversos recursos bolivianos:
Guano en 1840.
Salitre en 1860.
Plata en 1870.
Bolivia, que vio como peones y empresas chilenas traspasaban y se afianzaban en su territorio, enriqueciéndose gracias a los recursos bolivianos, comenzó a obstaculizar el desarrollo de estas actividades económicas extranjeras.
Fue este clima, cada vez más hostil, el que enrareció la situación hasta que culminó con la Guerra del Pacífico (1879-1883)
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TRATADOS LIMÍTROFES.
1866. El límite entre Chile y Bolivia estuvo en el paralelo 24º, y existía una zona económica compartida entre los paralelos 23º y 25º, en donde los impuestos que se cobraran por la explotación del guano se repartirían entre ambos países.
1874. El límite entre Chile y Bolivia siguió siendo el paralelo 24º, pero Chile renuncia a sus derechos al norte de este paralelo, siempre que Bolivia se comprometiera a no subir los impuestos.